Ayer jugamos acá en Talca contra el puntero del campeonato, mucha gente en el estadio como pocas veces visto este año, nosotros en segundo lugar, ganábamos y éramos los punteros pero...
Sinceramente hoy es un mal día para mi, esos días que quiero que pasen muy rápidos, de los que ojalá no despierte de mi sueño para no cuestionarme así y olvidar luego esta pequeña pero no menos fuerte decepción momentánea que hoy siento.
El ilusionarse por algo o crear expectativas que no consigo producen que irremediablemente todo lo malo o triste que está en mi brote y toque mi memoria como si fueran prisioneros recién liberados de mi torpe inconsciente.
Si bien tengo claro que este pena pasará en unos días y quedará atrás, momentos así quiebran mi esforzado y trabajado equilibrio porque lo cuestionan al recordar todo lo amargo, triste y penoso que me ha ocurrido este último tiempo. Mi ex pareja, mis fracasados intentos por encontrar a la persona "ideal" (¿de que manera amoldo en mi esa compleja palabra?) y lo complejo y entrampado que ha resultado para mi ultimamente el mantener las amistades a flote, no sé... algo mas profundo hay ahí.
No es la primera vez que llego a sentirme así, mas bien es una antigua relación de amor y odio con un sector con anhelo de poder oculto que tengo en mi, el que me impulsa y anima a caer en su círculo.
En contraparte, al hablar de aquella parte mía siento que me hago mas fuerte porque por primera vez dejo manifiesto que lo acepto, que está en mi pero que al mismo tiempo de aceptarlo me declaro con mayor fuerza un rebelde con causa de el, que no le tengo miedo y que puedo enfrentarlo pese a que nunca podré separarlo de mi porque es parte de mi ser. Me declaro rebelde a el porque toda mi vida he sido influido por aquel sector que me ha dominado cuando se le antoja, que decide por mi, que me hace dudar de mis sueños, valores y pensamientos que llego a tener.
Prefiero quedarme con la frase del título, total mañana será otro día y quien sabe escriba algo mas positivo, bueno, al menos eso espero...
